¿En busca de la felicidad?

Cada día es un día nuevo porque la manera de percibirlo cambia a medida que experimentamos. Hoy tuve la oportunidad de ver una película llamada persiguiendo la felicidad, título que le queda perfecto. El protagonista tiene que pasar unos cuantos sufrimientos antes de alcanzar esa anhelada felicidad, pero ese no es el tema que me lleva a escribir hoy, la cuestión es que el protagonista tiene siempre como prioridad su hijo, su hijo se convierte en lo más importante y su tesoro más preciado, buscando siempre darle lo mejor, dentro de sus posibilidades, a su hijo.
La película la vimos con mi esposa, a quien de inmediato le trajo a su papá a la memoria. Don Cris fue un hombre que siempre buscó lo mejor para sus hijas, les inculcó muy buenos valores y principios, fue un hombre intachable, buen padre, buen hijo, buen hermano, un buen hombre en todo los sentidos. Al igual que muchos tuvo recaídas económicas, pero siempre estuvo dando lo mejor de sí. Sin duda es una historia que merece ser contada, nos deja muchas enseñanzas y cuestionamientos.
Hace más de 5 años a la madrugada, me llamó quien entonces era mi novia, y en medio de lágrimas me dijo mataron a mi papá. Sin poder entender que pasaba salí de inmediato a su casa y allí me confirmó el hecho, seguía sin entender, y la verdad aún sigo sin entender. Don Cris estaba viviendo en Villavicencio, tenía unas cabras, era zootecnista y luego de haberle ido bien y mal en los negocios decidió volver a los animales, trabajo que sin duda le hacía muy feliz.
Esa noche, como todas las noches, había ido a la tienda que quedaba cerca a su casa y había comprado lo del desayuno, sin embargo cuando llegó se dió cuenta de que no le había comprado la comida al perro y se devolvió a la tienda. Cuando iba llegando a la tienda escuchó unos disparos y trató de ocultarse, unas personas habían matado a los que estaban en la tienda y cuando salían de allí vieron a Don Cris tratando de ocultarse, pero lo único que había por allí era un poste, se le acercaron y le dispararon. Ese día, un día como cualquier otro Don Cris se tropezó con la muerte.
Cuando pasan cosas como esas solo queda una palabra para calificar la vida, absurda, que absurda es la vida, creer que nos pertenece es una manera de sedar la conciencia de nuestra mortalidad.
Dicen que en medio de las tragedias emerge los más nobles sentimientos, y esta no es la excepción. Mi esposa, para quien su papá era y sigue siendo una parte muy importante de su vida, en ningún momento ha sentido el más mínimo sentimiento de venganza o rencor contra las personas, si es que pueden llamarse así, que dieron muerte a su padre. Su amor y confianza en la humanidad sigue siendo de admirar, a pesar de que no haya explicación válida para tal suceso, solo tal vez que el camino más directo a Elohim es el camino del sacrificio y muy pocas son las personas elegidas que pueden tomarlo.
Es por esto que aunque la vida parezca absurda, en nuestras manos está la opción de vivirla lo mejor posible, logrando la felicidad en cada una de nuestras acciones, preocupándonos sólo por vivir la vida tal y como quisiéramos vivirla, sabiendo que a pesar de la muerte, nuestras acciones, decisiones y enseñanzas seguirán vivas en nuestros seres queridos.

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