El Camino

Llega el momento de tomar decisiones, aunque en realidad todos los días las estamos tomando, y no hay duda que cada decisión que tomamos nos marca un rumbo, parece que hay decisiones fundamentales que se pueden salir de la variabilidad normal del día a día.

Bueno en este momento creo estar en el punto de tener que tomar una decisión de esas porque siento que si tomo otro rumbo puedo contribuir mucho más a la sociedad. Sin embargo no tengo muy claro cual sería la mejor forma y por eso quiero escribir para ver si se me aclara algo. 

Si sigo el camino de mejorar el sistema Sociedad, tendría que empezar por definir cuál puede ser la meta de ese sistema, por lo menos desde mi punto de vista. Considero que la sociedad está mejor si todos podemos estar Satisfechos y Seguros. Estaremos satisfechos en la medida que podamos hacer lo que nos apasiona y seguros, en la medida en que tengamos más estabilidad y armonía. 

Para esto debemos lograr que aquello que hagamos nos permita generar satisfacción y seguridad para todos y cada uno. 

Hoy en día muchas de nuestras acciones satisfacen una de las condiciones necesarias y amenaza la otra. Esto debido al temible O, es decir se acepta que las cosas que hago sólo pueden generarme satisfacción o seguridad, pero es, a los ojos de la mayoría, imposible que me genere ambos. Deberíamos actuar solo con el Y, es decir que lo que haga me genere Satisfacción y Seguridad. 

Sin embargo en este punto se enfrenta una gran dificultad, saber qué es lo que me genera satisfacción. Muchos se dejan distraer por la idea de tener más dinero, como aquello que genera satisfacción, cuando en la realidad esto principalmente lo que genera es una sensación de seguridad. Los que toman sus decisiones sólo con esto en mente, recorren un camino vacío de satisfacción, vacío que tratan de llenar con lo que su dinero pueda comprar, pero la realidad es que nunca sucede, por esto siempre estarán con la angustia de buscar más dinero para tratar de tapar este vacío. 

Lo que he podido aprender es que la mejor forma, sino la única de satisfacer ambas condiciones necesarias es entender primero que es aquello que nos genera satisfacción, y no se debe confundir con deseos, es descubrir aquello que nos apasiona, que nos mueve el alma, la vocación. No hay duda que esta nos es una tarea sencilla para la mayoría de nosotros, pero es una tarea obligatoria si queremos sentirnos muy bien y contribuir mayormente a tener un mejor mundo. 

Tratando de entender esto he buscado ejemplos o casos de éxito en este método y he encontrado muchos en artistas, en personas dedicadas a profesiones relacionadas con la salud, pensadores, escritores y empresas visionarias. Lo común es que se dedican exclusivamente a hacer muy bien lo que les apasiona y por ese camino logran seguridad. 


Al día de hoy he tenido la oportunidad de trabajar con un gran número de empresas y lo que he podido encontrar es que muchos trabajan ahí porque les toca, a veces presienten que lo que hace la empresa tiene algo que le interesa y por eso están ahí, sin embargo ni siquiera los dueños de las empresas son conscientes de su contribución a tener una mejor sociedad, por lo tanto la probabilidad de que su gente logre sentir satisfacción y seguridad es muy poca, por eso normalmente todo queda sólo en discusión de salarios. 

Sin embargo si para sentirse bien como individuo debo sentirme satisfecho y lo que hago no me genera satisfacción, entonces por qué resisto? No siempre se resiste, mucha gente sufre de estrés y depresión, otros se aferran a no perder su seguridad y creen ser capaces de sacrificar la satisfacción. Pero también encontramos una especie de opio para esto y este es tener muchas cosas que hacer en el día a día, lo que llamamos dejar que el día a día nos absorba. De esta forma no me queda tiempo de reflexionar y por lo tanto creo, ingenuamente, que evito sentirme mal. 

Una persona en este estado empieza a perder interés por mejorar el mundo que le rodea, comienza a verse como alguien aislado que tiene que sobrevivir y por lo tanto su contribución a tener un mundo mejor disminuye y con frecuencia más bien va en contra. 

También hay personas que no están satisfaciendo ninguna de las dos necesidades, ni tienen seguridad, ni tienen satisfacción, lo cual podemos llamar el estado sin esperanza. El trabajo aquí consiste en ayuda a recuperar la esperanza a la gente, aunque podría ser un proceso más rápido en tanto no implica renunciar a la seguridad que tienen, porque no la tienen, aunque dicen que uno se siente seguro en el infierno en que vive, lo cual quiere decir que así la situación en que viva sea crítica me da cierto sentimiento de seguridad en tanto es lo que conozco. 

Entonces lo que se debe lograr es que la gente pueda hacer lo que le apasiona y que a través de esto logre seguridad. ¿Cómo ayudar? Si como dijimos antes el opio que impide lograr esto es el día a día, entonces deberíamos lograr rescatar el tiempo del día a día, para generar un espacio de reflexión y proyección. Dado que las personas pasan gran parte de su día trabajando, entonces es de ahí que tenemos que liberar tiempo. Que las labores del día a día no ahoguen a las personas y le permitan proyectarse y contribuir aún más a la sociedad, a través del propósito de la organización, esto implica que el propósito de la organización deba estar alineado con generar un mundo mejor. 

Me imagino como podría ser el mundo si la gente estuviera en las empresas porque les apasiona hacer la tarea de la cual son responsables, sabiendo a su vez que de esta forma contribuyen a tener un mundo mejor. Esto aplica para trabajadores, clientes, accionistas y demás grupos de interés. 

Tal vez se pueda resumir lo que quisiera hacer en la siguiente frase: cambiar el sin sentido adictivo del día a día por la satisfacción de estar construyendo un mundo mejor. 

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