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Mostrando las entradas con la etiqueta solidaridad

Mamá imponiendo el compartir

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Estos días de novenas, una costumbre católica que sigue presente en nuestras familias, se presentan gran cantidad de reuniones. Llegan a hacerse agenda para que en cada casa de la familia se haga uno de estos particulares eventos.  En uno de esos días nos reunimos en la casa de unos familiares que tienen un hijo pequeño. El niño tenía una batería y su papá decidió bajarla a la sala donde estábamos todos para que lo demás niños pudieran usarla.  Estando allí la batería sóla esperando ser usada, la primera en acercarse y empezar a utilizarla fue mi hija

Terremoto de vida

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Cada vez me impresiona más lo atrapados que estamos en este sistema que por razones aún desconocidas hemos decidido imponernos. Cada minuto desde que nacemos logramos estar atados a la generación permanente de capital, por lo menos así sucede en nuestro país donde tenemos que pagar la salud y la educación. Podría pensar que el estar en el sistema es algo voluntario, pero la realidad es que no es así porque nacemos dentro de él.  Cuando logro entender que estoy atrapado en el sistema ya es demasiado tarde, es como haber nacido en una jaula tan grande que no se ve y sólo al empezar a recorrer empieza uno a encontrarse con los barrotes. Algunos la pasan muy bien dentro de los barrotes al punto que poco recorren la jaula y pueden pasar la vida sin siquiera notar que existen y cuando alguien les dicen que existen lo tildan de idealista o loco. Aunque también puede pasar que vean los barrotes pero que simplemente piensen que así es el mundo, como hace tiempo algunos creían que la tier

¿En búsqueda de la felicidad? ... No way!

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La charla de ayer fue una hermosa lección de autoengaño. La dictaba una mujer que cuando llegué tenía zapatos bajitos y luego antes de comenzar la charla se subió en unos tacones con la idea de aparentar más altura, pero realmente no lo logró. Además tenía el pelo rubio y luego en el transcurso de la charla nos dejaría claro que era teñido, y que lo había hecho para parecerse a sus hermanos que eran todos rubios y ojiclaros, y sentirse mejor, quería dejar de ser la hija del lechero como le decían sus hermanos cuando era pequeña o la negrita que parecía un miquito como le decía el papá.  Ahí estaba esta mujer diciéndonos cómo ser felices, mientras entre su discurso nos seguía además contando que el marido la grita con frecuencia, que lo consideraba su príncipe azul, pero que a veces se ponía como gris. Que de joven había sufrido mucho porque era gordita, bajita, peli oscura, que le había costado mucho trabajo conseguir novio, que cuando se le acercaba un hombre era para preguntar