Sin pena, ni gloria
La realidad es que la mayoría de seres humanos pasamos por este mundo sin pena ni gloria, bueno, tal vez con más pena que gloria. Por supuesto no hay datos formales que lo puedan confirmar, y seguramente nunca los habrán, porque medirlo implica una postura filosófica frente a la vida, donde se defina que sería la gloria, y dado que la mayoría pasamos por la vida sin ella, pero no lo queremos aceptar, entonces, seguramente, como hacemos con muchas cosas más, los criterios no podrían ser muy objetivos. Es claro que al universo le da igual si existimos o no, y nuestra existencia prácticamente no existe, respecto a la eternidad del universo. Por lo tanto esa definición de gloria, sólo podría ser relativa al impacto en otros seres humanos. De otro lado es un camino que, al no ser el de la vasta mayoría, se convierte en un camino solitario, sin guía, por definición sólo los espíritus exploradores pueden querer transitarlo.