Sin pena, ni gloria

La realidad es que la mayoría de seres humanos pasamos por este mundo sin pena ni gloria, bueno, tal vez con más pena que gloria. Por supuesto no hay datos formales que lo puedan confirmar, y seguramente nunca los habrán, porque medirlo implica una postura filosófica frente a la vida, donde se defina que sería la gloria, y dado que la mayoría pasamos por la vida sin ella, pero no lo queremos aceptar, entonces, seguramente, como hacemos con muchas cosas más, los criterios no podrían ser muy objetivos.  



Es claro que al universo le da igual si existimos o no, y nuestra existencia prácticamente no existe, respecto a la eternidad del universo. 

Por lo tanto esa definición de gloria, sólo podría ser relativa al impacto en otros seres humanos. De otro lado es un camino que, al no ser el de la vasta mayoría, se convierte en un camino solitario, sin guía, por definición sólo los espíritus exploradores pueden querer transitarlo.

La razón por la cual muy pocos transitan ese camino, no es cuestión de capacidad, porque la gran mayoría de seres humanos nacemos con el mismo potencial, es cuestión de pensamiento, y el pensamiento en gran parte depende de la construcción cultural y social que hemos creado. 

Que más del 93% de la población pase sin pena ni gloria, debería hacernos cuestionar como sociedad, al final la sociedad es un sistema y somos en gran parte su producto. 

En la sociedad actual el medidor que guía la energía de la mayoría es el dinero, ni siquiera para ser millonario, sino simplemente para sobrevivir, la mayoría de personas en el mundo somos pobres, y quiero definir qué es pobre en la sociedad actual, pobres, en términos financieros actualmente, somos todos aquellos con un patrimonio inferior a un millón de dólares, según el Global Wealth Report 2024 de UBS, el 98.5% de la población. 



Por supuesto esta afirmación que acabo de hacer, seguramente será rechazada por aquellos que se consideran clase media, ya que rompe su ilusión. En términos de capital, la clasificación es simple, aquellos con un patrimonio inferior a 1 millón de dólares  y aquellos con un patrimonio igual o superior a un millón de dólares, actualmente 58 millones de personas, que viven principalmente en EEUU y Europa.

Algunos nombres que se podrían mencionar en ese 0.001% de la pirámide de impacto, en los últimos 100 años son: 

  • Albert Einstein (por avances científicos que transformaron la tecnología y la energía).
  • Alan Turing (por sus contribuciones al descifrado y la computación).
  • Florence Nightingale (pionera de la enfermería moderna).
  • Nelson Mandela (por su lucha contra el apartheid y la reconciliación).
  • Martin Luther King Jr. (por los derechos civiles y la igualdad racial).
  • Malala Yousafzai (por la educación de las niñas).
  • Tim Berners-Lee (Creador de la World Wide Web, democratizó la información).
  • Greta Thunberg (por su lucha contra el cambio climático).
  • Jonas Salk (Creador de la vacuna contra la polio, salvando millones de vidas).
  • Norman Borlaug (revolucionó la agricultura para combatir el hambre; no estaba en el listado inicial).

Muy pocos de los mencionados llegó a tener un patrimonio superior a un millón de dólares y sin duda su centro fue la vida misma o los demás. 

Así entonces, mientras la sociedad siga promoviendo las creencias y valores que ha traído, será muy difícil que sobrepasemos ese 0.001 % y seguiremos pasando la mayoría sin pena, ni gloria por este mundo. 

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