Hogar dulce hogar...

Que el dueño del apartamento donde vives y por el cual estás pagando arriendo mensualmente decida un día pedírtelo porque llevas mucho tiempo en él, es algo totalmente normal en nuestra realidad. A pesar de los años que llevas como buen arrendatario estos no han servido para crear una estrecha relación entre los dos, simplemente estás sometido al juego económico que se ha creado como naturaleza del hombre. 

La ley, con la idea de proteger a los que no pueden comprar su propia casa y tienen que vivir pagando por usar la casa de otro, dispuso que el dueño del apartamento no puede subir el arriendo más de un porcentaje definido. Esto en principio bueno para el arrendatario lo expone a que con el pasar de los años, sin importar que tan buen inquilino ha sido, deje de ser negocio para el dueño volverle a alquilar. La tendencia en las grandes urbes es que el precio de la finca raíz se incremente año a año y si por alguna razón sucede algo especial en la zona que estás es probable que se incremente más que el promedio del mercado. Así lo inevitable termina sucediendo, el dueño siente que está "perdiendo" dinero porque en la zona están alquilando a precios más altos. 


Entonces, sin pensarlo mucho, decide actuar, quiere dejar de "perder" dinero, toma la decisión de pedirle a su arrendatario que se vaya de su apartamento, o en palabras más diplomáticas, que se lo entregue. El mayor acto de bondad en esta relación es que le avisa con buen tiempo, 6 meses. Esa tranquilidad que había tenido el arrendatario en los últimos años, de repente se ve sacudida, ahora tiene que dedicar parte de su atención a buscar otro lugar donde vivir y toda lo logística normal de una mudanza. 

Dado que está muy contento viviendo en este sitio trata de buscar allí mismo, pero empieza a encontrar que lo que piden de arriendo es significativamente superior a lo que estaba pagando, por encima del 20%, y sus ingresos actuales apenas le dan para cubrir sus gastos que de por si son mínimos, los principales gastos que tiene son el arriendo, la educación de su hija y la alimentación. No hay forma de reducir alguno para completar lo que ahora le piden de arriendo. 

Tener más ingresos no parece una opción probable, fue muy difícil conseguir el trabajo que tiene actualmente y para el otro año el aumento del salario difícilmente superará el 5%. Tendrá que sacrificar algo de lo que tiene hoy para poder seguir, lo más probable es que tenga que sacrificar el hermoso espacio donde se encuentra su edificio, con una gran zona verde, árboles, muchas plantas, parque y hasta teatro. Incluso es probable que tenga que vivir en un espacio más pequeño.  

En cambio para la dueña del apartamento la máxima incomodidad que tendrá es tener que buscar un nuevo inquilino y una vez lo consiga estará ganando 20% y un 5% de incremento anual. Ahora tendrá que pensar qué hacer con ese dinero de más, en qué gastarlo o en qué invertirlo. 

Pensar en comprar un apartamento como este en el que vive no es una opción para la arrendataria, el apartamento actualmente tiene un precio equivalente a 22 años de arriendo. Comprar le implicaría tomar un crédito y para ello tener ahorrada la cuota inicial. Aún así, el crédito tendría que ser de por lo menos 30 años para que pagando con una cuota similar a la actual pueda cubrirlo, porque los intereses mínimos que debe pagar es 12% anual sobre el valor del crédito. Al parecer la trampa ha quedado bien hecha, tendrá que seguir pagando arriendo y tratar de mantener el nivel de ingresos para mantener su estilo de vida actual.  

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Buscando colegio para nuestra hija - Parte 2

Buscando colegio para nuestra hija - Parte 3

Buscando colegio para nuestra hija - Parte 1