Buscando Jardín para mi hija

Hace un tiempo escribí mi experiencia buscando colegio para mi hija, recibí muchos comentarios y preguntas de papás agradeciendo la publicación y el último comentario que recibí me hace una pregunta que hace referencia a un niño de 3 años, lo cual me hizo pensar que sería útil escribir también mi experiencia en la búsqueda de jardín de mis hijas. 


Antes de empezar buscar el jardín para mi hija, hicimos un listado de cuáles serían los criterios importantes que nos ayudarían a tomar una decisión acertada. A cada criterio le dimos un porcentaje de importancia y lo calificamos de 1-5, esto al final nos permitió tener una calificación para comparar las opciones que visitamos. Con el conocimiento que he adquirido últimamente, he variado un poco el porcentaje de importancia de los criterios, pero considero que siguen siendo válidos. Los criterios fueron: 
  • Método pedagógico - 50%
  • Instalaciones - 20%
  • Asepsia - 20%
  • Distancia - 10%
Cuando buscamos jardín para nuestra primera hija no teníamos mucho conocimiento respecto a métodos pedagógicos, sin embargo siempre buscamos que fuera un lugar donde promovieran un desarrollo integral como ser humano y no con afán de escolarizar. En ese momento consideramos que lo más importante de ir al jardín era socializar y pasarla bien. Así escogimos un jardín que decía trabajar con la propuesta de inteligencias múltiples de Howard Gardner, trabajaban por proyectos y de manera integral todos las áreas de desarrollo. 

Sin embargo durante el tiempo de nuestra hija en el jardín empezaron a suceder cosas que nos fueron desencantando al punto de descartar por completo esta opción para nuestra segunda hija, que apenas nacía cuando la mayor pasaba ya al colegio. 

Una de las principales alertas que tuvimos fue que a los seis meses de estar nuestra hija en el jardín, nos dijeron que ya estaba empezando a hablar, cuando ella en casa desde hace tiempo hablaba y muy bien, pero además lo primero que hicieron en el jardín fue tratar de culparnos porque la niña no hablaba, a lo cual les respondí que si en la casa no paraba de hablar y en el jardín no hablaba, dónde sería el problema?

No obstante hemos sido conscientes de que la educación es un trabajo en equipo, hablamos y concertamos unas acciones que se debían tomar en el jardín. 

Con el tiempo empezamos a notar que la directora estaba menos en el jardín y lo que había empezado como un buen proyecto comenzó a tener cada vez más como propósito el negocio, lo cual me manifestó su directora cuando le cuestioné que hubiese decidido poner cámaras sin siquiera tener en cuenta a los papás. Como gran gracia en una circular nos comunicó que iba a estar de vacaciones, pero que ella iba a estar muy pendiente a través de las cámaras. Nunca he estado de acuerdo con invadir la privacidad de nadie, considero que todos debemos tener nuestros espacios, pero además esto abría la posibilidad a que cualquier padre estuviese todos los niños. 

La respuesta de la directora fue, palabras más o palabras menos, este este es mi negocio y yo aquí hago lo que quiera. Esto fue la gota que rebosó la copa, pero era algo que ya se estaba sintiendo. 

Por fortuna la tarea de buscar colegio para nuestra hija mayor, nos mostró la opción de que nuestra hija menor también entrara a un Jardín Montessori. Los mismos fundadores del Colegio Montessori la Calera habían tenido antes un jardín que habían mantenido, así que esa era nuestra opción, lo único que nos hacía pensar un poco era la distancia y los costos. Sin embargo tuvimos la suerte de que una de las guías en el colegio de Luciana, Martha Lu, decidió iniciar su propio proyecto y montó su jardín muy cerca a nuestra casa, lo cual fue perfecto porque conocíamos su gran calidad como guía y su enorme experiencia en distintos países como guía Montessori. 

El Jardín se llama Cosmos Montessori y ha sido muy gratificante ver el crecimiento de nuestra hija y sobrinos, el respeto por el niño es total, tal cual lo propuso María Montessori. Es uno de los pocos sitios en la ciudad donde se puede tener acceso a una verdadera educación Montessori. Trabaja con niños de 0-6 años que es la edad sensible del niño, la edad de la mente absorbente.

Espero este artículo pueda ayudar a otros papás en esta decisión tan importante como es encontrar una buena opción de educación para nuestros hijos, sobre todo en estos primeros años.








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