La extraña batalla (2/4- Las masas ¿Hay esperanza?)

La conversación sobre el espíritu violento que nos gobierna nos llevó a hablar del fenómeno Trump, la pregunta a la cual no le encontramos respuesta es ¿por qué sigue habiendo tanta gente que apoya este tipo de líderes? 

Mi argumento en esta ocasión está alrededor de lo cómodo que resulta para la gente tener un mesías, cuando tienes un mesías dejas de ser responsable por lo que te sucede, en este momento de mi vida me parece evidente que los caudillismos no suceden debido al encantador liderazgo de aquellos personajes dantescos, sucede porque a la gente le encanta la comodidad de no ser responsable de lo que le sucede y poder culpar a alguien por lo bueno y lo malo. 

Claro ayuda que existan personas megalómanas que aceptan y buscan este tipo de poder que las masas justamente están buscando a quien dar, como quien dice, se junta el hambre con las ganas de comer. Muchos están buscando desesperadamente a quien seguir (culpar) y otro tanto se mueven por lo que diga la mayoría, y en ese momento nace la masa. En nuestra sociedad actual es más sencillo mover a la masa que convencer a una persona. 

Hace poco evidencié este fenómeno con el local de comidas de una familiar. Las ventas venían mal, después del COVID aún no recuperaban sus ventas acostumbradas. Un día llegó un influencer, hizo una nota que publicó en su Instagram y al otro día estaban desbordados por la cantidad de clientes que habían llegado. Los casos que más me llamaban la atención era de personas que vivían casi a dos horas del lugar y habían decidido ir hasta al local, hacer fila para probar el producto. Estoy seguro que si se hubiese hecho el intento de convencer a esta persona de que fuera hasta el local, no lo hubiera hecho ni regalándole el producto. El estaba siguiendo su líder y a la masa que se movió por su reseña.

No es de extrañar que las personas tengan ese deseo de buscar un mesías, la religión católica durante muchos años ha configurado esta programación en nuestro cerebro, a tal punto que hasta hace muy poco caí en cuenta la apología a la monarquía que sucede en el ritual "vénganos en tu reino, hágase tu voluntad". ¿Por qué no lo había visto antes?

Estando de acuerdo con lo anterior en este punto él expresó, no hay esperanza, el ser humano es destructivo, somos cucarachas. Esa es una posibilidad, le dije, sin embargo no estoy seguro de que las cucarachas se puedan catalogar como destructivas. De otro lado, aceptar que somos destructivos no nos dejaría mucho camino para mejorar, simplemente podríamos resignarnos. Yo creo que siendo nosotros también un producto de la naturaleza de alguna forma venimos a mejorarla o ser parte de ese equilibrio, así todavía estemos luchando por controlar esas funciones avanzadas que nos dio la naturaleza.

La principal función avanzada que considero nos dio la naturaleza es la voluntad, todos los demás seres vivos siguen su programación y gracias a ella se logra equilibrio, sin embargo el ser humano fue dotado de voluntad y esta le permite modificar, para bien o para mal, esa programación natural. Como seres humanos somos capaces de las más grandes atrocidades y también de las más bellas obras, somos luz y sombra, negar la sombra sólo provoca que se vuelva protagonista.

Un buen ejemplo de nuestra capacidad de cambio es el caso de la bombilla incandescente, en menos de año y medio, después de tomada la decisión, la humanidad completa dejó de producirlas y volvió masiva nueva tecnología mucho más eficiente.

Luces y sombras, esperanza y desesperanza, obediencia y voluntad.

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