A quien nos enseñó a vivir*
Lo que siente el padre cuando abraza a su hija, sabiendo que en pocos días, ella ya no estará, aquella enfermedad incurable e imbatible se la habrá llevado y él no puede hacer nada, nada más que vivir cada minuto que pueda a su lado. La muerte, preferimos no pensar en ella, es dolorosa, nos deja un vacío, no es alguien a quien queramos invitar. Sin embargo cada que aparece, visitando a alguien cercano, nos hace pensar sobre la vida, sobre nuestra vida. Aunque sin la muerte no habría vida. Sólo se puede morir si se está vivo. La energía es eterna. Cuando decide manifestarse en vida, entonces aparece la muerte. Pero sólo el ser humano sabe que existe la muerte. Los demás seres vivos simplemente viven, sin pensar que son algo más que una manifestación de un cúmulo de energía, sin pensar. Algunos humanos en cambio queremos creer que somos mucho más, que tenemos un propósito, que debemos encontrarle un sentido a la vida, que debemos trascender. Todo eso en lo que llam...