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Liberación

Antes creía saber que era lo normal y que no, ahora dudo que pueda haber una categoría de lo normal en la existencia. Cada dia está lleno de sorprendentes momentos únicos que suceden por la magia de coincidir una serie de sucesos que nunca fueron pensados con la intención de que en un determinado momento se encontraran y produjeran ese instante único de vida que vivimos a cada instante.  El aquí y el ahora es un regalo, un regalo de cantidades de energía imposibles de medir que cruzan su camino. No hay nada que podamos saber, parece que solo podemos navegar a la deriva, el control es solo aquella ilusión que crea el cerebro para reducir el consumo de energia que nos causa la incertidumbre, no nos es sostenible energéticamente hablando, mantener un estado de alerta permanente.  Sin embargo la realidad simplemente sucede, es el aire fresco que sentimos en el rostro que reconforta, no podemos provocar ese aire fresco solo podemos agradecer cuando lo recibimos.  Así agradezco cada día, cad

La vida de un panadero del siglo XX en el siglo XXI

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Mientras me tomo una cerveza, después de salir de trabajar, en el bar de siempre, llega un hombre que duda si sentarse en la barra o en una mesa, finalmente decide sentarse en la barra. Puedo ver que está extrañado de verme tomar una cerveza, y lo entiendo, no es una hora normal para tomar cerveza, son las nueve de la mañana.  He de decir que tampoco es normal mi horario, mi trabajo empieza a las 12 de la noche y termina a las 7:30 am, así han sido los últimos 42 años, llevo muy bien la cuenta, tengo mi vida dividida en capítulos definidos por hechos que me han marcado. A los 13 años recuerdo que al pedirle algo a mi padre, su respuesta se convirtió en el inicio de un nuevo capítulo para mi, su respuesta fue "si quieres algo vas a tener que trabajar para conseguirlo" y así ha sido desde entonces. 

Los algo-perseguidores y sus admiradores

Estamos en un mundo de humanos con serios problemas de programación, que actúan persiguiendo algo, creo que ni ellos mismos tienen claro que, y en ese camino cometen cualquier cantidad de atrocidades sin sentirlas como tal, simplemente viéndolas como un suceso más dentro de su persecución.  Existe otro grupo de humanos que se han programado para admirar y obedecer a los anteriores, con el deseo de convertirse en uno de ellos, en ser uno más del club de los que persigue algo y aparentemente es exitoso en su persecución. 

La barrera invisible que nos bloquea

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La naturaleza ha sido y siempre será nuestra gran maestra.  Esta mañana, mientras tomaba mi merienda, fui de nuevo testigo de una situación que ocurre con frecuencia en el balcón, una mariposa estaba aleteando con todas sus fuerzas tratando de avanzar y agotada de no poder hacerlo.  Normalmente hubiera simplemente pensado que era una cuestión de torpeza y por eso los humanos somos una especie superior, porque no estaríamos como ella insistiendo en avanzar a través de un vidrio y por mucho lo contaría como anécdota luego.  

Un día basta

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Un día basta para comprender lo que pasa en el mundo y vivir lo que debe ser vivido.  Cada día, todos los días somos testigos del gran movimiento que es vivir. Si pudiésemos estar atentos, verdaderamente atentos, bastaría un sólo día para develar eso que, debido a nuestra incapacidad de atención, hemos decidido calificar de misterio la vida.  No se trata de leer con atención las noticias, se trata de estar atento al movimiento que me está llevando a leer las noticias, la emoción que produce, cómo se siente en el cuerpo, por qué prefiero unas noticias y otras no, se trata de darme cuenta qué estoy viviendo mientras leo las noticias, el error es creer que la vida es aquello que está escrito en las noticias, mientras crea esto me estaré perdiendo la vida y estará buscando noticia tras noticia, buscando absorber la mayor cantidad de datos posible con la esperanza de lograr develar ese misterio bajo el cual he querido creer que está escondida la vida.  La vida nos sucede a cada instante, po

Los próximos 100 metros

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En mi viaje de regreso de Valencia, después de una intensa jornada conociendo el centro histórico de la ciudad y el Oceanographic, el reto era no dejarme vencer por el cansancio y asegurar que llegábamos bien a la casa. Existe una alta probabilidad de tener microsueños cuando uno está cansado, y esto es un verdadero peligro cuando se está conduciendo. En el pasado he usado técnicas como la música, abrir la ventana e incluso hasta darme pequeños pellizcos para mantenerme despierto. Esta vez intenté algo nuevo.  Lo primero que pude notar es que al manejar de noche tiene uno menos distracciones, no existe la opción de distraerse con el paisaje, básicamente porque no se ve. Darme cuenta de esto me dió la idea de que lo único que tenía que hacer era asegurarme de que recorríamos bien los próximos 100 metros.  Esta idea funcionó muy bien, y me permitió hacer todo el viaje de regreso con mucha más tranquilidad y muy despierto, todo el tiempo estuve asegurándome de recorrer muy bien los próxi

Extraña sensación de miedo

Extraña sensación de miedo aquella que me generó aquel que decidió en algún momento de su vida inventarse una misión, que no ha logrado cumplir según sus expectativas, y que hoy considera debe lograr cumplir otro porque él ya no quiere gastar su energía en eso, pero eso si, ese otro debe hacerlo estando a su servicio.  ¿A qué le temo? Su conversación es aparentemente de amabilidad, con deseo de ayudar y tal vez este es el problema, la idea de que puede ayudar, y no de construir juntos, aunque en su mente parece ser una construcción juntos. De repente la conversación se torna en un favor hacia mi, algo que debo agradecer, agradecer la oportunidad que me está dando, cuando en realidad terminaría siendo explotado, sin posiblidad de ganar y al final culpable y señalado por no haber logrado cumplir su misión, la misión que hace años decidió asumir y que en algún momento de su vida dejó de querer, pero a la cual tampoco quiere renunciar, no quiere aceptar que fracasó, quiere creer que todo l